viernes, 29 de noviembre de 2013

Soluciones




Hacia tiempo que no les aburría con una de esas entradas sobre ese tema que tanto me gusta: somos buenos. Pues aquí va otra...  Es que es verdad, somos buenos... ¿qué le vamos a hacer?... En fin, juzguen ustedes (fíjense en la hora de los mensajes, por favor).

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From: Izaro …………
Sent: Thursday, November 21, 2013 11:32 AM
To: bfernandez(a)aveq-kimika.es
Subject: etiquetado_producto HIDROALCOHÓLICO

Buenos días Borja,

Tenemos una duda con el etiquetado de un producto e igual nos podéis ayudar vosotros.

Vamos a sacar un producto cosmético al mercado y tenemos dudas si tenemos que identificarlo en el etiquetado como inflamable. En la legislación de cosméticos limpiadores no indica nada de esto.

El producto es un …… … … en disolución hidroalcohólica con la siguiente proporción:

.... % ETANOL
….% AGUA
….% ACEITE ……
 ….% ACEITE ……
….% XXXXX

Por lo que vemos en los productos que están en el mercado similares en todos aparece la llama de inflamabilidad pero no indican frases de precaución, ¿cómo podemos saber si nuestro producto es inflamable y cómo tenemos que etiquetarlo?

A ver si nos podéis echar una mano.

Saludos y muchas gracias

Izaro ………
Dpto. de Calidad


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De: Borja Fdez. Almau [mailto:bfernandez(a)aveq-kimika.es]
Enviado el: jueves, 21 de noviembre de 2013 12:09
Para: Izaro …………
CC: Luis Blanco-Urgoiti
Asunto: Re: etiquetado_producto HIDROALCOHÓLICO

Hola Izaro,

Me temo que a ojo en principio no se puede saber, en realidad, así como para los peligros para la salud y medioambientales la clasificación de peligrosidad de una mezcla se obtiene aplicando una fórmula matemática que tiene en cuenta los umbrales en los que se encuentren los ingredientes, para los peligros físico químicos como la inflamabilidad, lo que dice la reglamentación es que tendríais que hacer el ensayo correspondiente o buscar los datos correspondientes en caso de existir.

En este caso te hace falta saber el punto de inflamación (vaso cerrado) y el punto inicial de ebullición de la mezcla, y con esos datos ya puedes compararlo con los criterios que te da la normativa (que puede ser un poco complicado de encontrar, si tenéis estos datos dímelos y te hago la comparativa).

Por otro lado, el etanol está clasificado como Fácilmente Inflamable, con R11, (Símbolo llama), si el resto de aceites tienen la misma inflamabilidad o más bajita, es razonable pensar que el preparado saldrá como mucho R11, con lo que en realidad si os corre prisa yo no lo pensaría mucho más, clasificaría como el etanol y listo.

Y termino, dices que los proveedores no indican frases de precaución, puede ser porque por el tamaño del envase se estén acogiendo a la exención de etiquetado reducido que se puede aplicar a los envases de menos de 125 ml, esto viene del artículo 9.6 del RD 255/2003:

6. Si el contenido del envase no excede 125 ml:

a) En el caso de preparados clasificados como fácilmente inflamables, comburentes, irritantes, salvo a los que se haya asignado la frase R41, o peligrosos para el medio ambiente a los que se haya asignado el símbolo N, no será necesario indicar las frases R ni las frases S.

b) En el caso de los preparados clasificados como inflamables o como peligrosos para el medio ambiente y que no tengan asignado el símbolo N será necesario indicar las frases R, pero no será necesario indicar las frases S.

No sé si te contesto...

Saludos,

Borja Fdez. Almau
Abogado colegiado nº 6997
Área de Tutela de Producto - Regulatory Affairs

AVEQ-KIMIKA
Gran Vía, 50 - 5º
48011 BILBAO
Tel: 944002800
Email: info@aveq-kimika.es


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De: "Izaro ……."
Asunto: RE: etiquetado_producto HIDROALCOHÓLICO
Fecha: 21 de noviembre de 2013 12:29
Para: "'Borja Fdez. Almau'"
Cc: "'Luis Blanco-Urgoiti'"

Muchas gracias Borja con esto nos vale!

Como nuestro envase es de 100ml pondremos el símbolo de inflamabilidad por el etanol y no pondremos frases de precaución.

Apuntamos la dirección nueva.

Saludos!

 Izasro …………
Dpto. de Calidad

viernes, 22 de noviembre de 2013

El Prestige: catástrofe artificial...



Entre las muchas cosas que aprendí de mis mayores, de todas las personas sabias, honradas y buenas que he conocido, hay una que me gusta cuidar: tener respeto a los maestros.

Medio en broma, medio en serio, con una mezcla que yo siento natural, de admiración, respeto, algo de cariño y cierto cachondeo, hay determinadas personas, de las que he aprendido mucho, a las que llamo “maestro” o “maestra”.

Algunos de ellos son personas cercanas y a las que puedo ver con cierta frecuencia, otras, más lejanas, de las cuales he leído muchas cosas y que, aunque he tenido la ocasión de escucharles hablar en público alguna vez o incluso haber tomado un café con ellos, no creo que me recuerden personalmente.

Uno de esos maestros lejanos es don Claudi Mans Teixidó. 

Internet, y las redes sociales, han roto muchas barreras en ese aspecto. Sigo con interés y afán, el Twitter y el Blog de Claudi Mans, catedrático emérito de ingeniería química de la Universidad de Barcelona, uno de los mejores divulgadores científicos de este país, por cuyos artículos, durante muchos años, siempre trataba de hacerme con un ejemplar de la revista del Colegio de Químicos de Cataluña y que, como les decía gracias a las grandes ventajas de Internet y de las redes, hoy disfruto sin ningún esfuerzo. Se lo recomiendo vivamente.

Ayer por la tarde, ya subido en el avión que me llevaba del frío de Madrid a la encarnizada lluvia de Bilbao, antes de que dieran la orden de apagar los teléfonos móviles (soy muy respetuoso con la seguridad…) vi en la aplicación de Twitter el anuncio de publicación de una entrada  del blog en la que explicaba su visión de las informaciones de prensa al respecto de la sentencia del juicio penal sobre el caso Prestige. 

Pues bien, me temo, maestro, que tengo que llevarle la contraria en un sutil pero muy importante aspecto.

La situación planteada por el Prestige a las autoridades españolas en aquellos días puede, como usted dice en su artículo, aunque no lo hace en términos jurídicos naturalmente, calificarse de caso fortuito o fuerza mayor.

Los abogados hablamos de caso fortuito o fuerza mayor cuando nos referimos a causas naturales, difícilmente previsibles y en las que no ha intervenido el ser humano.

Frente a los daños provocados por causas de fuerza mayor, como un tsunami, un tifón, un terremoto, pocas responsabilidades se pueden reclamar. Es cierto que los seres humanos, y esto sucede cada vez más, sentimos la necesidad de echar la culpa de todo a otro (u "otros") ser humano, generalmente, cuanto más lejano y desconocido, mejor, pero humano. Aún así, siempre ha habido temporales en el mar de Fisterra y siempre ha habido naufragios en Costa da Morte… y los seguirá habiendo siempre. Es un fenómeno natural. Un "fenómeno" pero no, necesariamente, una "catástrofe.

En realidad, la identificación de la catástrofe del Prestige con un caso de fuerza mayor no es correcta pues es más que evidente que la intervención negligente de un tercero ha sido causa necesaria para el resultado dañoso: hay un tercero responsable, el armador, con la cooperación necesaria de una entidad de verificación, que deberían ser encausados y, probablemente condenados.

Pero, pongamos un caso con una fábrica, que es más sencillo. Un animal salvaje, por lo tanto no propiedad de nadie al que responsabilizar, se cuela en una fábrica y produce daños en las instalaciones que, a su vez, provocan un vertido de productos químicos y un trabajador resulta gravemente quemado.

Les aseguro que inspección de trabajo, inspección medioambiental, policía, fiscal, juez de instrucción y cuatro agencias del gobierno autonómico correspondiente, mirarán con lupa las instalaciones en busca de deficiencias en el mantenimiento. Y, si la encuentran, no duden en que las responsabilidades (civiles, en este caso) caerán sobre la espalda de la empresa con todo el peso de la ley.

Pero esa no era la cuestión que me ha llamado la atención en el artículo. La cuestión principal, lo más llamativo del artículo, es que el maestro Mans afirma estar de acuerdo con la no atribución de responsabilidades a los “responsables” del gobierno.

En el día a día de la industria, en materia de responsabilidad, hay una cuestión que preocupa y mucho a los profesionales de la seguridad, precisamente, la responsabilidad penal.

Yo les insisto mucho en que un juez y un fiscal razonables solamente encausarán por vía penal en dos casos: uno, que el profesional de la prevención haya sido gravemente negligente en su trabajo y otra que, aún cuando el trabajo de la empresa haya sido inmaculado, estén buscando que los huérfanos cobren una responsabilidad civil asociada a la condena penal que, por otras vías, tendrían difícil cobrar.

Pues bien, les puedo asegurar, sin ningún genero de dudas, que en un accidente laboral grave (y no les digo ya en uno mortal) si el inspector de trabajo, el fiscal o el juez de instrucción descubren que la empresa no ha evaluado sus riesgos y no ha planificado la prevención de los mismos o no tiene un plan de emergencia, el encausamiento penal es seguro, la condena, muy probable, porque aunque no hubiera una ley que lo diga expresamente, cuando estás gestionando un riesgo, es necesario prevenirlo y minimizarlo y tener planificado al detalle qué harás si ese riesgo se materializa.

La negligencia de aquel gobierno, de los anteriores y de los posteriores, es que no haya un plan perfectamente estudiado y dotado de todos los medios humanos, logísticos y tecnológicos necesarios para llevarlo a cabo, para actuar en una emergencia como esa que se ha demostrado con un riesgo elevadísimo, en tanto que las consecuencias son catastróficas y su frecuencia es elevada (Prestige, 2002, Mar Egeo 1992, Urquiola, 1976…)

En mi muy humilde opinión hay muchos responsables, también en vía penal, que no se han sentado en el banquillo y resulta que, en mi aún más humilde opinión, el capitán es precisamente el que menos se merece una condena pues por lo que he podido leer de aquel episodio, su primera y casi única preocupación, como es por otro lado su deber, era salvar la vida a su tripulación.

Lo peor de todo este triste episodio es que, 11 años más tarde, seguimos igual. No hay un plan trazado ante esa emergencia y volverán a repetirse los errores que entonces se cometieron, sí, tal vez inevitables una vez declarada la alerta, pero en la que nunca se debería haber entrado sin un detallado plan de actuación.

En fin, maestro Mans, siento discrepar, pero la ausencia de planificación es, claramente, una negligencia criminal… crimen que se sigue cometiendo.



viernes, 15 de noviembre de 2013

Querida Itziar:



Querida Itziar,

Si te soy completamente sincero, te escribo porque se me hace un poco cuesta arriba llamarte.

Y es que, además de, como siempre, para preguntarte qué tal estás y que tal vais aguantando el chaparrón, te escribía por un tema concreto. Un tema que por un lado, me castiga la conciencia, la mala conciencia que me deja los líos en los que habitualmente os meto como responsables técnicos de las empresas pero que, por otro, no puedo dejar pasar, por los objetivos de la Asociación, por los objetivos del proyecto y, sobre todo, por nuestra, sí tuya y mía, responsabilidad como químicos industriales (ya sabes que, en mi caso, químico industrial "honorario"...)

Como sabes, por la mucha guerra que hemos dado con el tema, llevamos trabajando en materia de regularización de focos desde hace ya bastantes años pero, con especial intensidad desde que se publicó el RD 100/2011 que venía a sustituir el catálogo de Actividades Potencialmente Contaminadoras de la Atmósfera (APCAs).

Como sabes, la parte gorda del trabajo llegó con el Decreto 278/2011 del Gobierno Vasco. Con su publicación, a principios de 2012,  ya teníamos plazos marcados y tareas concretas que había que cumplir. El reloj se ponía en marcha y había bastante tarea por hacer.

En materia de focos de emisión, en AVEQ-KIMIKA clasificamos las empresas asociadas en tres grupos a la hora de enfrentarnos con la regularización conforme a la nueva normativa.

Por un lado, y por una vez excluidas de un lío concretó, estaban las empresas IPPC. Son las 32 empresas más grandes de la Asociación, cuyos focos habían quedado incluidos ya en las Autorizaciones Ambientales Integradas de la Ley 16/2002,. Por una vez, repito, no tenían que hacer nada... ya se habían dado un gran baño de papeles desde 2006.

En un segundo grupo, clasificamos a las empresas que no eran IPPC y que tienen o han tenido focos regularizados previamente y con los que hemos trabajado para adaptarse a la nueva regulación. Estos se dividían, a su vez, en función de los plazos marcados por el Decreto 278 en empresas que tenían que presentar sus papeles en enero de 2013, de 2014 y de 2015. Ya eran conscientes de que tenían tarea y muchos de ellos estuvieron en las sucesivas jornadas y cursos que hemos ido haciendo en AVEQ-KIMIKA sobre regularización de focos.

Ayer mismo, la responsable de calidad, medio ambiente y seguridad de una de estas empresas me mandó, muy contenta, una captura de pantalla de la resolución que le daba el IKS (que he puesto para ilustrar la entrada).

La verdad es que Leire, que así se llama, ha sacado adelante el tema ella sola. Es verdad que ha venido a las jornada y a los eventos y que alguna consulta nos ha hecho, pero lo cierto es que se lo ha currado. Si te soy sincero, creo que me ha mandado a mí el pantallazo del IKS porque nadie más que gente rara como nosotros entenderíamos su alegría por el hito alcanzado... si vas a casa con eso, impreso en un papel y una sonrisa de oreja a oreja, te mandan al psiquiatra de cabeza.

La situación, en ese segundo grupo, está casi completamente encauzada. Hay alguna duda en alguna empresa sobre si merece la pena o no regularizar un foco en procesos muy poco rentables, pero están encauzados.

En el tercer grupo quedaban, o quedabais más bien, unas 50 empresas. En el grupo hay un poco de todo. Empresas pequeñas, familiares, como la vuestra, o empresas que, sencillamente por sus procesos de producción nunca hasta ahora habían tenido que dar de alta un foco.

Hemos ido trabajando con todas y hemos descartado casi la mitad por carecer de impactos en este aspecto ambiental, por ejemplo, una empresa de piezas de termoplástico para automoción.

Hace casi dos años que empezamos a trabajar con las restantes 25 empresas. A mí, personalmente, me sonó la alarma, la necesidad de apretar el acelerador, en una visita a una de ellas, allá por finales de 2011.

Se trata de una empresa de piezas de plástico, con un proceso muy auxiliar de pintado en una campana con aspiración forzada, ya sabes, para proteger la salud de los trabajadores. La aspiración está conducida a un tubo de extracción que sale al exterior por la fachada y que, con con un elegante diseño vertical en acero inoxidable, sobresale del techo de la nave un par de metros. No estaba yo allí para hablar de focos, pero al pasar por delante de la zona de pintado comenté, sin ningún afán concreto, solamente por charlar, al responsable de seguridad (y medio ambiente):

 - Está a punto de salir el Decreto de focos de emisión del Gobierno Vasco. Os va a poner deberes...
- ¿Focos? - me contestó - ... si nosotros no tenemos focos.... 


El proyecto con Aliatec tiene un objetivo muy concreto: que esas 25 empresas que nunca se han enfrentado a esta normativa sepan si tienen o no tienen en sus instalaciones focos de emisión conforme a la nueva normativa y que sepan si tienen o no que hacer papeles.

Hemos desplegado toda nuestra artillería de comunicación y marketing para conseguir que os animéis a hacer el diagnóstico: circulares, blog, boletín... y te confesaré que solamente te has animado tú y otra empresa. Visto el panorama, a partir de octubre, empezamos con los contactos individualizados, y ya van entrando más empresas en el programa, poco a poco, pero van entrando.

Tenemos las chicas de Aliatec y yo un documento compartido en "la nube" en el que vamos haciendo seguimiento de cómo van avanzando los contactos y los diagnósticos de cada empresa. Sé que la semana pasada te entregaron el documento y, aunque no he tenido acceso al contenido (en Aliatec, son muy cuidadosas con la confidencialidad), por la visita que te hice yo antes de verano, sospecho que al menos un foco tendréis que declarar... y por lo cerca que tenéis las casas de los vecinos y los disolventes que utilizáis, hasta es posible que el Gobierno Vasco os eleve la clasificación y os imponga más controles...

Lo sé, lo sé... Sé que las empresas pequeñas lo estáis pasando mal. Soy consciente de que tú personalmente llevas la gerencia, el laboratorio, la calidad, la atención a los clientes y hasta tienes que encargarte de perseguir a los que no os pagan, pero, como sector, como asociación y, por lo que te conozco, tú como profesional, no puedes dejar pasar una situación de ilegalidad de vuestras actividades.

Y me dirás... "es mejor no saber" y te contestaré que no, que nunca ha sido mejor "no saber". Que la supervivencia de una empresa depende de conocer sus debilidades y de gestionarlas y que una inspección, una denuncia de un vecino, una sanción, hunden el futuro de una empresa mucho más rápido y de forma mucho más dramática, que dedicar un tiempo a realizar unos cuantos papeles.

Como ves por el caso de Leire, es un esfuerzo, pero no es ni mucho menos imposible. Por lo que pude ver, vuestra instalación está muy nueva y, es muy posible que no tengáis que cambiar nada físico. Sí que tendrás que hacer papeles y, en su momento, pedir a una OCA que os mida los gases que salgan por ese foco, pero cuenta con toda nuestra ayuda.

En fin, Itziar, poco más por ahora. Estoy a tu disposición. Echa un vistazo al diagnóstico y llámame si necesitas charlar. Si pone lo que yo creo, te va a tocas lidiar con ello.

Un saludo y mucho ánimo.




miércoles, 6 de noviembre de 2013

Están invitados a un concierto


El próximo viernes día 8, es decir pasado mañana, en la sede de APD de Bilbao, justo detrás de la Estación de Abando, hemos organizado una reunión, pequeña pero muy selecta, destinada a poder preguntar, en vivo y en directo al Viceconsejero de Medio Ambiente, Josean Galera y a la Directora de Administración Ambiental, Alejandra Iturrioz, todas las dudas y esperanzas que la industria puede albergar al respecto de del programa de gobierno del Departamento de Medio Ambiente para esta legislatura.

Es verdad, lo admito, que con ello hemos traicionado un poco el espíritu del Foro APD de Medio Ambiente, que siempre ha estado muy volcado en aspectos muy técnicos, muy específicos, pero en mi descargo puedo alegar dos circunstancias atenuantes: la primera es que el mismo Josean Galera es 100% técnico y si le preguntamos sobre los plazos de respuesta de la Administración a una Licencia de Actividad sabe perfectamente de que hablamos porque conoce el procedimiento desde un lado y desde el otro. Josean ha gastado muchos zapatos pateando fábricas y  ayuntamiento, y es consciente de los retos y de las dificultades a los que se enfrentan los técnicos de las fábricas.

Quizás por eso mismo, y este es mi segundo atenuante, el nuevo equipo de dirección de la Viceconsejería, con Josean y Alejandra, a los que hay que sumar a Tomás Epalza, también viejo rockero en estas lides y Javier Agirre, nuevo director general de Ihobe que a lo largo de su vida profesional ha visto infinidad de expediente administrativos de autorizaciones y permisos, han empezado a tocar acompasadamente, una música que empieza a sonar muy bien.

- “¡Empieza!… todas las legislaturas empiezan con muy buenas intenciones y luego las circunstancias del gobierno se las comen….” - me espetarán con un mohín de estar asistiendo a una película de cine con muy mal guión y para la que ya pagaron entrada en su día.

Es posible, lo admito, es posible que me confunda, pero ya saben aquellos lectores veteranos de este modesto diario que soy un optimista patológico y que siempre, a pesar de que la vida se empeñe en decirme lo contrario, creo en las buenas intenciones.

Además, en esta ocasión, esos compases de música sinfónica, para una gran orquesta como es la Viceconsejería que, por desgracia en el pasado no siempre ha acertado con la partitura adecuada, ha comenzado con un solo de violín, un movimiento llamado “corresponsabilidad” que desde la Industria siempre hemos considerado la clave de sol, el estribillo, el concierto de Bach en el que debe basarse todo lo demás.

Acompáñenme a escucharlo y quizás, al final, esta vez sí, la industria dejaremos de ser espectadores del proceso administrativo y podamos incorporarnos a la orquesta y juntos tocar, por fin, una partitura llamada Sostenibilidad, esperanza y futuro de la Industria Vasca.